domingo, 19 de julio de 2015

El Caballito De Tolsá

Manuel Tolsá
Español, 1757 - 1825
Estatua Ecuestre de Carlos IV "El Caballito", 1793 - 1802
Plaza Manuel Tolsá, enfrente de el Palacio de Minería



El Virrey de aquel entonces, Miguel de la Grúa Talamanca, marqués de Branciforte, realizó una serie de actos corruptos que enfurecieron a Carlos IV y, para congraciarse con él -cosa que logró con creces- le propuso realizarle una estatua ecuestre que estuviera en la Plaza Mayor de México, para sustituir a la anterior. El rey aceptó y el virrey nombró a Manuel Tolsácoordinador de la obra y a don Juan Antonio González Velázquez, director de la Academía de San Carlos, el encargado de realizar los planos de alzado de la planta, balaustrado, rejas y adornos correspondientes y se empezó a realizar la obra en 1793.
Despúes de varias peripecias, finalmente la obra fué terminada en 1802.
El Caballito, en un principio estuvo en el Zócalo, al triunfo de la Guerra de Independencia, cuando entró a la ciudad el Ejército Trigarante encabezado por Agustín de Iturbide El Caballito estuvo oculto dentro de un enorme globo de madera pintado de azul, incluso hasta después de la coronación.
Guadalupe Victoria, primer presidente de la República, considerando un insulto la existencia de tamaña estatua propuso fundirla, pero Lucas Alamán impidió tal barbaridad. En mayo de 1823 el Ayuntamiento decidió transportar a El Caballito al claustro de la Universidad, situada entonces junto al Mercado del Volador (donde ahora se levanta el edificio de la Suprema Corte de Justicia). Ahí permaneció quince años hasta que Mariano Arista decidió embellecer de nueva cuenta el Paseo de Bucareli, que estaba entonces en remodelación y Carlos IV (y su afamado corcel) fue a parar ahí, a la glorieta de Reforma, en septiembre de 1852. Ni un mes había transcurrido cuando las placas de mármol y los barandales de acero habían desaparecido por obra y gracia de los ladrones.
Fue hasta mayo de 1979 que El Caballito fue llevado a la calle de Tacuba, frente al Palacio de Minería, y dispuesto en el centro de una pequeña plaza que llevaría también el nombre de su autor (y que antecede al fantástico Museo Nacional de Arte). Hasta la fecha, no se ha movido de ahí.

A mi parecer, el caballito es una estatua muy bien hecha pero lamentablemente no tenemos el debido cuidado con esos bienes culturales. A pesar de no ser un héroe en México Carlos IV, hubiese sido un desastre el haberla fundido, no porque represente a Carlos IV sino por el hecho de que Manuel Tolsá (quien desarrolló su vida profesional en México) fue el escultor de esa obra maestra. 

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